Fecha de publicación:
17 de abril de 2023
 

Tiempo de lectura:
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Actualmente existen tratamientos para la MPS I. Puede ser necesaria terapia de apoyo, medicamentos dirigidos a paliar los síntomas, así como tratamientos específicos de la enfermedad. Debido a los múltiples sistemas del organismo que pueden verse afectados, los pacientes deben someterse a un seguimiento regular por parte de un equipo multidisciplinar con experiencia en el tratamiento de los trastornos asociados a la MPS I. Las guías terapéuticas de la MPS I recomiendan realizar controles y evaluaciones con regularidad para determinar la progresión de la enfermedad y los efectos del tratamiento.1

El tratamiento de los pacientes con MPS I debe realizarse en centros especializados (expertos en trastornos del metabolismo), ya que requiere una experiencia y unas habilidades específicas.

Guías de manejo y tratamiento

El tratamiento de la MPS I puede incluir el uso de dispositivos de apoyo, fisioterapia y terapia ocupacional, medicamentos dirigidos a tratar los síntomas, intervenciones quirúrgicas y tratamientos que aportan la enzima deficitaria. Por lo tanto, lo mejor es que los pacientes sean tratados por un equipo multidisciplinar.

  • En todos los pacientes con MPS I debe realizarse una evaluación basal exhaustiva consistente en estudios neurológicos, oftalmológicos, auditivos, cardíacos, respiratorios, digestivos y osteomusculares, así como un seguimiento cada 6 a 12 meses con estudios especializados individualizados para vigilar la progresión de la enfermedad y los efectos de la intervención1.

 
Las guías internacionales para el tratamiento de la MPS I se recogen en la publicación:

  • Mucopolysaccharidosis I: management and treatment guidelines. Muenzer J, et al. Pediatrics 2009;123:19-29.
     

Opciones terapéuticas

El tratamiento enzimático sustitutivo (TES) y el trasplante de médula ósea/células progenitoras hematopoyéticas (TMO/TCPH) son las dos modalidades de tratamiento principales de la MPS I, dirigidas a reponer la enzima deficitaria.1,2 La siguiente publicación recoge un consenso europeo sobre las opciones de tratamiento:

  • Enzyme replacement therapy and/or hematopoietic stem cell transplantation at diagnosis in patients with mucopolysaccharidosis type I: results of a European consensus procedure. de Ru MH, et al. Orphanet J Rare Dis 2011;6:55

Las circunstancias específicas de cada paciente, como la disponibilidad de tratamiento y la situación clínica exclusiva del paciente, siempre deben tenerse en cuenta en las decisiones terapéuticas.
 

Tratamiento enzimático sustitutivo (TES)

El objetivo del tratamiento enzimático sustitutivo es aportar una cantidad suficiente de la enzima deficitaria en los pacientes con MPS I para que pueda procesar la eliminación de los GAG acumulados. El TES está indicado a largo plazo en pacientes con diagnóstico confirmado de MPS I (deficiencia de α-L-iduronidasa) para tratar las manifestaciones no neurológicas de la enfermedad.3 El TES es el tratamiento de referencia para los pacientes con fenotipos atenuados de la MPS I (Hurler-Scheie y Scheie); sin embargo, dado que el tratamiento enzimático sustitutivo administrado por vía intravenosa no atraviesa la barrera hematoencefálica, no puede resolver los síntomas neurológicos asociados a las formas graves de MPS I (Hurler).2
 

Trasplante de médula ósea (TMO) o de células progenitoras hematopoyéticas (TCPH)

El tratamiento de elección en los niños gravemente afectados (fenotipo de Hurler) menores de 2,5 años es el trasplante de médula ósea o de células progenitoras hematopoyéticas2. El objetivo del trasplante de médula ósea o de células progenitoras es proporcionar a los pacientes células progenitoras normales que produzcan α-L-iduronidasa y que puedan diferenciarse en diversos tipos celulares (incluidas las células del SNC), actuando así como una fuente «celular» de la enzima1. Debido a la naturaleza progresiva de la enfermedad, el TSE debe iniciarse sin demora en el momento del diagnóstico para evitar un mayor deterioro y optimizar los resultados del trasplante2.
 

Monitorización continua

La naturaleza progresiva de la MPS I obliga a monitorizar al paciente con regularidad. En el momento del diagnóstico, es importante realizar una evaluación basal exhaustiva para determinar el grado de progresión de la enfermedad y establecer una referencia para medir la respuesta al tratamiento. Todos los pacientes deben ser evaluados al menos una vez al año, y el calendario recomendado de evaluaciones de seguimiento debe adaptarse a cada situación clínica específica, teniendo en cuenta la edad, las manifestaciones de la enfermedad, la velocidad de progresión de la enfermedad y el tipo de tratamiento que reciben.1

Control de los síntomas

El tratamiento sintomático de apoyo sigue siendo una parte importante del tratamiento de la enfermedad, aunque el paciente reciba tratamiento enzimático sustitutivo o se haya sometido a un trasplante de células progenitoras hematopoyéticas (TCPH). Dado que la MPS I es una enfermedad multisistémica, en la asistencia a un paciente con MPS I pueden intervenir muchos especialistas. Los pacientes con MPS I pueden necesitar oxígeno suplementario, presión positiva continua en las vías respiratorias o traqueostomía para tratar los problemas respiratorios.1 La mayoría de los pacientes con MPS I requieren numerosas intervenciones quirúrgicas, algunas más comunes, como herniorrafia, adenoamigdalectomía, liberación del túnel carpiano y miringotomía, y otras menos frecuentes, como sustitución de válvulas cardíacas, descompresión medular a nivel cervical, derivación ventriculoperitoneal e intervenciones ortopédicas para corregir defectos óseos.4 La fisioterapia puede aliviar la rigidez de las articulaciones.
 

Apoyo psicosocial

Al tratarse de una enfermedad degenerativa crónica que afecta notablemente a la calidad de vida, la MPS I puede tener un considerable impacto emocional y psicológico en los pacientes y sus familias. El asesoramiento genético es importante para los pacientes y las familias, ya que les proporciona información sobre diversos aspectos de la enfermedad, como la herencia autosómica recesiva de la MPS I y la probabilidad de que la futura descendencia se vea afectada.
 

Riesgos de la anestesia

La MPS I conlleva un riesgo anestésico debido al compromiso de las vías respiratorias y a las alteraciones esqueléticas. La intubación de pacientes con MPS I puede ser muy difícil debido al depósito de GAG en las vías respiratorias, al cuello corto y rígido, a la limitación del movimiento de la mandíbula y a la macroglosia. Además, la existencia de coronariopatías no identificadas y otros problemas cardíacos puede aumentar el riesgo de todas las intervenciones quirúrgicas que precisen anestesia. Por estos motivos, las guías para el tratamiento de la MPS I recomiendan evitar los procedimientos que requieran anestesia general siempre que sea posible y, cuando sea inevitable, deberán realizarse en centros que cuenten con anestesiólogos con experiencia en la MPS I y sus complicaciones.1

 

MAT-ES-2301235 V1 Octubre 2023

    1. Muenzer J, Wraith JE, Clarke LA. Mucopolysaccharidosis I: management and treatment guidelines. Pediatrics 2009;123:19-29.
    2. De Ru MH, Boelens JJ, Das AM, et al. Enzyme replacement therapy and/or hematopoietic stem cell transplantation at diagnosis in patients with mucopolysaccharidosis type I: results of a European consensus procedure. Orphanet J Rare Dis 2011;6:55

    3. Aldurazyme Summary of Product Characteristics (SmPC) Genzyme Europe B.V. [12/2015]

    4. Arn P, Wraith J, Underhill L. Characterization of surgical procedures in patients with mucopolysaccharidosis type I: findings from the MPS I Registry. J Pediatr. 2009; 154:859-64 e3.

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